Hoy me llego vía whatsapp un
cartel con finalidad divulgativa que decía algo así:
“Yo
apoyo al Cuerpo Nacional de Policía.
frente a los extremistas que agreden a nuestros agentes.
frente a los extremistas que agreden a nuestros agentes.
Frente
a los que usan la violencia para obtener en la calle lo que son incapaces de
lograr por medio de las urnas. Compartelo.”
Así pues, no solo le voy a dar la divulgación que
merece, sino además, realizaré un análisis del mismo, bajo mi perspectiva.
En primer lugar, por el profundo
respeto que tengo hacia el Cuerpo Nacional de Policia, por el trabajo que
realizan día a día en suburbios marginales y porque con su labor se han ganado
a pulso el respeto de la mayor parte de la sociedad. El policía nacional y su
buen hacer, a logrado que la ciudadanía lo aprecie como un agente colaborador y
no como una herramienta represora. Cabe decir que colaboré como voluntario de prisiones
con Caritas Diocesanas y que incluso entre la población reclusa, quizás sea el
cuerpo de seguridad más respetado, o cuando menos así me lo manifestaros la
mayoría de internos con lo que traté.
Segundo, y con objeto de que
ningún ultraderechista, descerebrado y violento se erija como abanderado de tan
respetado Cuerpo de Policía, quiero aclarar que conocidos cercanos y
pertenecientes a la Policía Nacional, me han manifestado su desacuerdo con la
forma de proceder de algunos (no de todos) compañeros antidisturbios
durante los incidentes acontecidos el día 25 de septiembre de 2012 en los
aledaños del Congreso de los Diputados.
No creo que arrastrar por el
suelo a un “peligroso” abuelo entre dos agentes armados (con porra y pistola) y
protegidos con casco, o provocar una lesión medular a una persona, sea ni tan siquiera
reglamentario, ya no digo ético o sencillamente valiente, que por supuesto no
lo es, a los ojos de cualquier persona educada bajo unos principios básicos de
paz y de convivencia. Debo recordarles a éstos (repito, tan solo a éstos, y no al CNP) que sacian su sed de
sangre en cada revuelta, que no actuaban en plena cordillera afgana frente a
temibles talibanes, se trataba de población civil (hombres y mujeres, y entre ellos,
incluso menores y ancianos) desarmada.
Por otro lado, con afán puramente
divulgativo y entrando en un análisis del texto que dicho “cartelito” contiene.
Pienso que los autores del mismo, no han visto las imágenes ofrecidas por los
medios (http://www.youtube.com/watch?v=4FLW4OjlcrU
aquí tenéis un ejemplo) ya que de haberlo hecho, habrían observado como la
mayor parte de la población, que salvo excepciones, los agresores eran unos
(pocos) y los agredidos otros (muchos), y cuando digo unos (pocos), no
digo todos (aunque estos pocos y su apelación al compañerismo, ponen en un
verdadero compromiso al resto) ya que la mayoría actuó diligentemente y
haciendo gala de una profesionalidad intachable, bajo mi parecer.
En dicho texto, también se habla
de personas que “usan la violencia para obtener en la calle lo que son
incapaces de lograr por medio de las urnas”.
Desde luego, la persona que escribe
este tipo de cosas, bajo mi modesta opinión, tiene un concepto de democracia
como el de los señores que hoy nos gobiernan, y por supuesto diametralmente
opuesto al mío. He de recordarle, que en la urnas, no se vota o decide por “un
señor con barba que me caiga bien” (llámese Rajoy o Llamazares). En las urnas,
se vota o decide por un programa, sí, un programa al que el pueblo decidió dar
desarrollo delegando en el Partido Popular, y fue tal la confianza mostrada en
dicho programa y sus gestores, que otorgamos plenos poderes para su ejecución (mayoría
absoluta). Pero una vez más y como viene siendo norma en este sistema llamado “democracia”,
nuestros gobernantes lejos de cumplir con lo prometido a los que le concedieron
su confianza, se han dedicado durante los últimos 9 meses a seguir las
consignas marcadas por gobiernos extranjeros que decididamente han dado el paso
de embargar a nuestro país (Alemania) o a aquellas impuestas por banqueros y
empresarios (y no me refiero a la pequeña y mediana empresa que bastantes
problemas tienen para salir adelante) como las reformas sociales llevadas a
cabo.
Citando a Thomas Jefferson, "Cuando
la injusticia se convierte en ley, la rebelión se convierte en deber”, le
recuerdo al autor del analizado texto, que sí, como él dice, sí, en las urnas
se debe ganar, y se ganó, precisamente un programa que nuestros gobernantes se
están pasando por el “arco del triunfo” y debe saber este individuo inspirado,
que el pueblo no tiene porque permanecer en casa soportando esto hasta las próximas
elecciones. Este editor o “creador”, profundo desconocedor de nuestra
legislación, debe saber que las manifestaciones populares en la calle, son de pleno derecho en nuestro país, todavía,
aunque le pese. Y que aunque realmente dudo que ningún policía esté infiltrado
(que si lo están, yo los he visto, pero para seguridad del personal) bajo
instrucciones de sus superiores con la finalidad de provocar altercados, con
este tipo de cartelitos os aseguro que hacéis dudar a propios (yo) y extraños
(esos violentos a los que aludís).
En fin, con este escrito espero
haber apoyado de verdad, el buen reconocimiento que tantos profesionales del
CNP merecen, y haber llevado a la
reflexión a los que originalmente aceptaron de buen agrado el dichoso cartel
divulgativo. Deben recordar que ese lesionado medular, gritaba, basta ya
de injusticias y de políticos al servicio del poder económico, y que intentaba
luchar (quizás no de la mejor manera, pero si licita) por un mundo mejor, también
para los hijos de su agresor.
Nota: No deis mucha divulgación a
ese whatsapp, porque estaréis de forma injusta, dando mal nombre al CNP y distanciándolo
de esa cercanía y respeto, que del pueblo con su trabajo honrado y diario se
ganaron.
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