martes, 25 de septiembre de 2012

En manos de quien hemos dejado la defensa de nuestros intereses



COMUNICADO PÚBLICO DE LA CGT SOBRE LA “CUMBRE SOCIAL”


El pasado  25 de julio tuvo lugar en Madrid la 1ª Cumbre Social auspiciada
por los sindicatos CCOO y UGT. La Cumbre Social se ha dotado de una
Declaración de Principios y de una Hoja de Ruta. En su constitución han
participado diferentes organizaciones sindicales, sociales, vecinales,
profesionales, sectoriales e incluso organizaciones empresariales. La 2ª
Cumbre está previsto que se celebre el próximo 10 de septiembre y mientras
tanto se están constituyendo réplicas de la misma por Territorios y
Comunidades Autónomas así como en sectores del mundo laboral.

        Tras analizar la Declaración de Principios, la Hoja de Ruta planteada,
tener en cuenta  las organizaciones que integran la Cumbre Social y,
especialmente, valorar la dramática situación de recortes y reformas a la
que está siendo sometida la mayoría de la población, que están provocando
situaciones de auténtica emergencia social, la Confederación General del
Trabajo (CGT) manifiesta:

CONSIDERACIONES GENERALES  PREVIAS
        La Cumbre Social es convocada por iniciativa de CCOO y UGT, sindicatos
institucionales, mayoritarios por su nivel de representatividad, que
ejercen históricamente de mayoritarios en el sentido de protagonizar de
forma excluyente el qué, el cómo, el cuándo, el por qué, el para qué de las
movilizaciones, de las convocatorias, de las reivindicaciones, de la luchas
sindicales.

        Estos sindicatos institucionales han configurado en las últimas décadas
un modelo sindical de concertación y pacto social que ha contribuido al
sostenimiento del sistema capitalista, gestando un modelo de relaciones
laborales y negociación colectiva, pactado con los distintos gobiernos y la
patronal, gestionado desde la prepotencia, que ha formado parte del
engranaje de la política económica y social y que está basado en la pérdida
progresiva de derechos laborales y sociales en beneficio del papel de la
empresa y la patronal.

        Ese modelo sindical les ha permitido obtener privilegios, ayudas,
subvenciones, reconocimientos, por parte del gobierno y de la patronal. En
definitiva, han contribuido al sostenimiento del sistema obteniendo el
apoyo interesado del sistema, el apoyo interesado del poder. Ello ha
propiciado su crecimiento exponencial y el atribuirse la representatividad
de toda la clase trabajadora, ignorando otras verdaderas luchas sindicales
y sociales en defensa de las y los trabajadores y la pluralidad real
existente.

        En los últimos años, desde 2008, cuando se nos “vendió” por el gobierno
del PSOE la actual crisis económica, una crisis financiera del sistema
capitalista, la actitud y las prácticas de estos sindicatos
institucionales, han seguido siendo de pacto y concertación social llegando
incluso a firmar la actual Reforma del Sistema Público de Pensiones por el
que se retrasa la edad de jubilación hasta los 67 años o firmando el II
Acuerdo por el Empleo y la Negociación Colectiva con la patronal en el que
ya se recogen muchas de las maldades que posteriormente ha desarrollado el
PP con su Contra-Reforma Laboral.

        Como consecuencia de la intensa lucha sindical y social que la clase
trabajadora está manteniendo contra la crisis, como consecuencia de la
lucha de las organizaciones sindicales y sociales que representan el
anarcosindicalismo, el sindicalismo alternativo, los movimientos sociales,
el 15M, las asambleas populares... estos sindicatos mayoritarios se vieron
forzados a la convocatoria de una primera Huelga General contra la política
económica y antisocial del gobierno socialista el 29 de Septiembre de 2010
y una segunda Huelga General contra el gobierno del partido  popular el 29
de Marzo de 2012.

        Los efectos de las Huelgas Generales no han sabido gestionarlos
adecuadamente UGT y CCOO. La situación de la clase trabajadora y clases
populares es cada día más dramática como consecuencia de los recortes, las
reformas, los rescates, el pago de la deuda, como consecuencia de las
políticas dictadas desde el Gobierno, la Unión Europea, el FMI, los
especuladores usureros. La situación de conflicto social ha llegado a un
nivel insostenible que está provocando la movilización espontánea de la
sociedad.

        Las reformas del PP vienen a profundizar las reformas iniciadas por el
PSOE, provocando más paro, precariedad, recortes laborales y sociales,
privatizaciones, represión, estafa al erario público, reforma
constitucional para convertir al país en la vanguardia de los estados
neoliberales.

        En ese contexto, surge una perdida de protagonismo y descrédito del
sindicalismo institucional  y ahí interpretamos, desde la CGT, la urgente
convocatoria de la Cumbre Social en lo que consideramos un intento de
capitalizar y protagonizar la lucha sindical y social actual, pero con el
objetivo de no revitalizar el conflicto social necesario para una salida
social a la crisis, sino de domesticarlo, secuenciarlo, enfriarlo,
adormeciendo toda la lucha antisistema.

        El rescate total de nuestro país será traumático, implicará nuevos y
enormes sacrificios de la mayoría de la población, la empobrecida clase
trabajadora y clases populares, lo que supondrá, sin ningún tipo de dudas,
una amplificación de la conflictividad social. La mejor manera de frenar o
encauzar esta conflictividad social y poder llevar a cabo las reformas
impuestas por el rescate, nos están insinuando que debe ser un gobierno de
concertación nacional pp-psoe-nacionalistas, que implique a todos los
partidos políticos, que nos sitúe a todos en el mismo barco y con la misma
responsabilidad, un gobierno de tecnócratas obediente a los dictámenes de
los grupos financieros, patronal y los mercados, un gobierno
pretendidamente sin ideología con el que la mayoría se vea reflejado o
identificado.

        La CGT no va a jugar a ese gran pacto de concertación nacional para
acallar las protestas y desencanto populares, para preservar los
privilegios de la minoría, un gran pacto para anestesiar a la disidencia,
no va a contribuir a unos “nuevos Pactos de la Moncloa”, no va a
movilizarse por ese cambio de gobierno para seguir aplicando la misma
política antiobrera, un pacto de la clase política que impida un país
sublevado en defensa de sus intereses, un país callado y sumiso que permita
aplicar con dureza y rigor las reformas. Muy al contrario, la CGT,
activamente contribuirá al desenmascaramiento de esta maniobra política en
la que siempre pierden los más débiles. Esperemos que la Cumbre Social no
sea el paraguas que dé cobertura a toda esta maniobra política.



SOBRE LA INICIATIVA DE CONVOCAR LA CUMBRE Y LA UNIDAD DE ACCIÓN


Para la CGT, efectivamente, son tiempos de unidad de acción pero teniendo
claros los objetivos por los que luchamos y que compartimos. Es obvio que
hay que contar con una coordinación de todas las organizaciones que
vertebran la sociedad pero que, necesariamente, es preciso compartir los
objetivos del anticapitalismo, antipactismo, antidesarrollismo,
anticrecimiento insostenible, anticonsumismo. Hay que movilizarse de forma
unitaria para que la salida a la crisis no sea más de lo mismo, no sea un
nuevo capitalismo reforzado en los niveles de explotación hacia los
trabajador@s con una nueva legislación laboral que favorece nuevos
recortes de derechos y libertades.

        Desde la CGT venimos trabajando por la unidad de acción desde hace años,
intentando configurar un gran Frente Sindical y Social amplio que dé
respuestas alternativas y reales para una salida social de la crisis. Este
Frente Sindical y Social amplio gestado desde el anarcosindicalismo, el
sindicalismo de clase y combativo y los movimientos sociales debe plantear
nuevas propuestas de cambio de modelo, de reparto del trabajo y de la
riqueza, respuestas de justicia social.

        La mecánica de trabajo en los procesos reales de unidad de acción son el
debate desde la multilateralidad, la negociación de propuestas, la toma de
decisiones colegiada, la definición clara de una plataforma de
reivindicaciones por las que nos movilizamos, el consensuar horizontalmente
las fechas de movilización, de la huelga general, el contemplar el
calendario de otras convocatorias de movilización.

        Desde la CGT venimos trabajando por la unidad de acción real, pero
definiendo antes la gestión de la unidad, la definición de objetivos.

        Tomémonos en serio lo de la unidad de acción y construyamos una relación
horizontal de   organizaciones entre iguales que pretenden luchar
frontalmente contra la actual política y sistema capitalista.

        La CGT a estas alturas no será comparsa de ninguna puesta en escena en la
que el protagonismo real lo tenga el sindicalismo institucional.

        ¿Qué opina la Cumbre del reparto, de quién debe pagar la crisis, de la
reforma de las pensiones...? ¿Qué han hablado los secretarios generales de
UGT y CCOO con la presidenta Merkel, con Mariano Rajoy o con  el Rey? ¿Qué
plataforma de mínimos plantea el sindicalismo institucional? La realidad es
más seria y compleja que la aplicación de un simple rodillo de mayorías.

SOBRE LA DECLARACIÓN DE PRINCIPIOS DE LA CUMBRE
        La Declaración comienza inculpando de la crisis al sistema financiero
norteamericano, justificando, por tanto, y diferenciando indirectamente, un
capitalismo europeo de rostro humano, un capitalismo social que ha generado
un estado del bienestar en el que patronal y clase trabajadora hemos
“convivido felizmente” durante más de treinta y cinco años. En el caso
concreto de nuestro país, se defiende el modelo de derecho laboral creado
con la Transición democrática y que ahora se está demoliendo. Para
evitarlo, se vuelve a confiar en el propio sistema y se apuesta por ganar
un referéndum y propiciar el adelanto de las elecciones generales.

        La Declaración no se cuestiona el sistema económico, político, por el
contrario, se acepta el capitalismo como sistema y, en consecuencia,  se
asume la explotación laboral como sistema de relación social, se reconocen
las bondades del modelo de convivencia de los últimos 35 años, en los que
se ha coqueteado y jugado con el capitalismo.

        En la Declaración se confía en volver a la situación laboral y social
anterior a la crisis, con medidas de reactivación económica que generen
crecimiento, creación de empleo, aumento del consumo y en consecuencia,
desde su punto de vista, cohesión social. Por tanto, se propone salir de la
crisis con las mismas recetas de explotación pero con una precariedad y
degradación social inaudita. No hay cuestionamiento de la UE que padecemos
y que queremos, ni del papel del Banco Central Europeo, ni del Fondo
Monetario Internacional, ni el pago de la deuda, ni las alternativas al
euro.


        No hay ningún lugar a la crítica, a la autocrítica, ninguna referencia al
pasado, a los pactos firmados, ninguna responsabilidad sobre lo que está
aconteciendo, todo ha sido perfecto en las últimas décadas de convivencia,
las y los trabajadores hemos vivido un cuento de hadas y hemos sido muy
felices. No hay ningún cuestionamiento de la Transición democrática.

        La Declaración ignora absolutamente la complicidad de UGT y CCOO con las
reformas laborales aprobadas, con la reforma de las pensiones, con la
aprobación del Tratado de la Unión Europea, con la reforma constitucional
pactada entre el PP y PSOE para pagar la deuda y reducir el déficit.

        No hay ninguna propuesta alternativa en la Declaración. Se habla de
movilizarse pero ¿para qué? ¿con qué objetivos? No se define la
convocatoria de la Huelga General, no se opina sobre la desobediencia civil
pacífica, sobre la resistencia civil, sobre desalojos, redadas a migrantes
sin papeles...

        No hay ninguna referencia al cambio de modelo, al necesario cambio de
sistema para afrontar la verdadera crisis estructural que subyace a la
crisis financiera-económica, como es la crisis energética, la crisis de
recursos, la crisis climática, medioambiental, la crisis de modelo
productivo y de crecimiento ilimitado, no planteamientos de reparto y de
justicia social.

        En definitiva estamos ante una Declaración de Principios que pretende
retrotraernos al 2007 para seguir apostando por el mismo modelo de
crecimiento y sin ninguna alternativa.

        Es una Declaración sobre la moderación, que pretende evitar respuestas
radicales, que apuesta por el pacto social y el entreguismo, que aspira a
dignificar la imagen del sindicalismo institucional y que sea éste quien
protagonice las protestas ya domesticadas, ignorando, por ejemplo todas las
movilizaciones anteriores, todas las luchas que la sociedad ha venido
haciendo, con centenares de manifestaciones y acciones que pretenden romper
la lógica del capital.

        Para la CGT, integrarse en la Cumbre Social y suscribir su declaración de
Principios implica renunciar a un discurso diferenciado, renunciar a
nuestro análisis, a nuestras ideas, a nuestra autonomía. Es necesario
exigir responsabilidades de lo que está ocurriendo y desarrollar
instrumentos para la transformación social y no para el pacto y la
resignación. La Cumbre Social puede ser un instrumento para la resignación.



SOBRE LA HOJA DE RUTA PLANTEADA POR LA CUMBRE SOCIAL

Para la CGT el plantear un Referéndum en septiembre, una posterior
Consulta Popular en octubre, obviar la convocatoria de Huelga General en
Euskadi, o no plantear con claridad o relegar la convocatoria de una nueva
Huelga General a un incierto noviembre, representa un elemento distractor y
desmovilizador. El referéndum y la consulta popular no son las herramientas
de la clase trabajadora, son herramientas propias de la clase política, de
la propia constitución, del propio sistema y como tales son ajenas a
nuestras herramientas de lucha.

        La CGT apuesta por la movilización permanente y por la convocatoria de
Huelga General, sin más dilaciones. La hoja de ruta marcada por la Cumbre
responde más a los intereses propios del sindicalismo mayoritario
institucional que persigue recuperar la capacidad de interlocución social
que ha perdido y le está negando el gobierno actual del partido popular.

        Los que auspician la Cumbre quieren protagonizar el conflicto social para
descafeinarlo, quieren alargar artificialmente los tiempos de la lucha con
un calendario que difumina la espontaneidad y efectividad real de la lucha
social

        La CGT apuesta por luchas sectoriales, movilizaciones, huelgas de
consumo, ocupaciones, acciones directas... todo lo que posibilite
incrementar la conflictividad social, propiciando para ello una estrategia
de alianzas con el sindicalismo de base y combativo y los movimientos
sociales que permita expandir propuestas, principios, valores alternativos,
anticapitalistas, valores de libertad y justicia social.

SOBRE LAS ORGANIZACIONES QUE COMPONEN LA CUMBRE
        La CGT no puede integrarse en la estructura de la Cumbre Social dado que
algunas de las organizaciones que la integran mantienen objetivos,
planteamientos e ideología absolutamente contrapuestos a la CGT. Es una
cumbre interclasista que no tiene como objetivo el cambio del sistema
capitalista si no su reflotación, el parcheo, el volver ilusamente a
situaciones de crecimiento semejantes al periodo anterior a 2008. La CGT
como organización sindical de clase tiene como objetivo el cambio del
sistema capitalista, no trabaja sólo contra los recortes y la defensa de
los derechos laborales sino que lucha por la transformación social, por una
nueva sociedad basada en la justicia social y la libertad, por una nueva
sociedad alternativa al capitalismo, centrada en los intereses del ser
humano y consciente de las limitaciones de los recursos naturales.

        Por otra parte, la CGT por  coherencia con sus propios estatutos que
impiden la afiliación de policías, guardia civil, militares, funcionarios
de prisiones, cuerpos represivos... no puede integrarse en una Cumbre
Social en la que participan asociaciones y sindicatos representantes de
estos colectivos y de organizaciones patronales.



CONCLUSIÓN





La CGT manifiestaa que en estos momentos, la mejor herramienta que le
queda a las y los trabajadores y clases populares es la movilización
permanente, la lucha por sus derechos y libertades, la Huelga General, sin
dilaciones, ni treguas, ni distractores, ni instrumentos desmovilizadores,
ni pacto social, ni burocracias, ni referéndum, ni Consulta Popular...

-       La CGT no se integrará en la Cumbre Social
-       No firmará la Declaración de la Cumbre Social
-       No apoyará la iniciativa de que el Gobierno convoque un referéndum sobre
la política económica y antisocial
-       No apoyará la convocatoria de una Consulta Popular sobre la política del
Gobierno planteada por las  organizaciones que forman parte de la Cumbre
Social.
-       La CGT si apoyará y participará de forma activa en todas las
movilizaciones que se están convocando para potenciar el necesario
conflicto social que nos conduzca a la convocatoria de una nueva Huelga
General lo más unitaria posible en el próximo Otoño.

ALTERNATIVAS
        Sí hay alternativas, sí es posible salir de la crisis con otro modelo
alternativo al capitalismo. Cuando se plantea una lucha por  la
transformación social y concretada en el tiempo, es necesario definir esos
objetivos mínimos a conseguir con las luchas, con las convocatorias de las
movilizaciones, con la Huelga General. Desde la CGT entendemos que es
preciso contemplar un programa de mínimos que incluya:

-       Retirada de toda la legislación laboral y reformas aprobadas contra los
derechos de las y los trabajadores
-       Protección a los millones de personas desempleadas hasta que encuentre
trabajo
-       Protección ante los desahucios. Programa de viviendas sociales.
-       Reparto del trabajo, reducción de la jornada laboral, reducción de la
edad de jubilación
-       No a las privatización de los servicios públicos: sanidad, educación,
transportes...
-       No a los recortes sociales y laborales.
-       Desarrollo de las ayudas a la dependencia
-       No a los EREs
-       Expropiación de las empresas que fueron públicas anteriormente y prestan
servicios básicos a la sociedad
-       Reforma fiscal para que paguen más quienes más tienen
-       Persecución del fraude fiscal
-       Uso del dinero público para la economía productiva sostenible, para la
creación de empleo y no para pagar la deuda o rescatar bancos
-       Exigencia de responsabilidades penales a los causantes de la crisis
-       Libertad sin cargos para todas las personas enjuiciadas con motivo de su
militancia sindical o social. No a  la represión.
-       ...


Secretariado Permanente de la CGT

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